Científicos de la Universidad de Cambridge están llevando a cabo un experimento por el que pretenden demostrar que los cazadores de la época prehistórica usaban en sus lanzas toxinas de plantas cultivadas hace más de 30.000 años. La finalidad de estas lanzas no era si no derribar a sus presas usando esta toxina mortal.
Los investigadores han desarrollado una nueva técnica que les permitirá analizar si todavía quedan restos de veneno en estas lanzas. Estudios preliminares han podido demostrar que una serie de piedras que datan de hace más de 4.000 años y que provenían de Egipto contenían componentes venenosos, incluida la planta Acokanthera, típica en países como África, Arabia o China.
Fue en 1837 cuando George Don, un botánico escocés del siglo XIX, descubrió los componentes venenosos de esta extraña planta. Su investigación puede consultarse en "Historia General de las plantas Diclamydeous".
Por otro lado, y según esta investigación, el uso de materiales tóxicos en la prehistoria no es algo novedoso. La doctora y especialista en armas del paleolítico, Valentina Borgia, cree que los cazadores llevan utilizando materiales venenosos en sus armas de caza desde hace más de 30.000 años. De hecho, Borgia afirma que estos cazadores utilizaban este tipo de veneno para matar a sus presas más rápidamente, ya que las armas con punta de flecha, típicas en la era paleolítica, no eran suficientes para inmovilizar o acabar con las presas.
La doctora, junto a otros expertos en la materia, han comenzado a usar una técnica llamada "cromolitografía y espectrometría de masas" utilizada principalmente para detectar restos de drogas y otros residuos en estas lanzas prehistóricas. El resultado que se extraiga de esta investigación deberá compararse después con una base de datos donde están incluidas todas las plantas venenosas.
"Hoy en día tenemos material de investigación suficiente para recabar más información sobre estos hechos" afirma Borgia. "Sabemos que los babilonios, griegos y romanos también utilizaban plantas venenosas con el fin de cazar animales o combatir a sus enemigos en las guerras" afirma.
De hecho, la palabra "tóxico" proviene del griego toxon -arco- ya que sus componentes estaban construidos con este tipo de planta.
"Pocas sociedades de cazadores perduran actualmente pero en la antiguedad todas ellas han sobrevivido gracias al uso del veneno en sus lanzas" concluye la doctora Valentina Borgia.