Auschwitz... con solo mencionar este nombre el mundo se pone alerta. Fue aquí donde se cometió el mayor genocidio perpetrado por seres humanos. Desde la apertura del campo de concentración Auschwitz- Birkenau, en 1940, cerca de un millón trescientas mil personas -sobre todo judíos- murieron en este campo.
Mañana, 27 de enero de 2015, se cumplen 70 años de la liberación por parte de tropas soviéticas. Lo que estos soldados encontraron en el campo no fue más que un grupo de hombres y mujeres muertos en vida. Una realidad que dejaría estupefacto al mundo entero.
Fue en Auschwitz donde el mortífero sistema nazi encontró la perfección. Aquí comenzaron a utilizarse las cámaras de gas dotadas del Zyklon B, originalmente desarrollado para combatir las ratas en los barcos, donde los vapores que éste generaba acababan con los prisioneros en breves minutos, cuyos cuerpos se incineraban posteriormente.
Tras el avance de las tropas soviéticas, los nazis comenzaron a eliminar toda prueba de asesinatos sistemáticos destruyendo las cámaras de gas y trasladando a los prisioneros a Bergen- Belsen, en el sur de Alemania, campo que fue liberado unos meses más tarde por las tropas británicas (abril de 1945). Este traslado se conocería como Todesmarsch, o marcha de la muerte. Aquellos prisioneros ya exhaustos eran aniquilados por los soldados al más mínimo signo de debilidad.
El diario británico The Guardian ha querido conmemorar este aniversario con un excelente reportaje donde los supervivientes muestran fotografías de ellos mismos y de sus familias asesinadas.
Barbara Doniecka prisionera del campo con solo 12 años, fue capturada tras el alzamiento de Varsovia en 1944. Ahora tiene ahora 80 años.
Jadwiga Bogucka, de 89 años, tenía el número de prisionera 86356 cuando fue trasladada al campo junto con su madre.
Stefan Sot, de 83 años tenía solo 13 cuando fue enviado al campo. Más tarde fue trasladado a un campo de trabajo donde trabajó como cocinero personal de las SS.
La liberación del campo será recordada por muchos años, pero aún así, Herald Eckert, Presidente de Iniciativa 27 de Enero, afirmó que en unos años ya no quedarán supervivientes, por lo que es responsabilidad nuestra preservar el legado de los testigos para que tengan voz y voto.
La vida de los supervivientes no volvió a ser la misma tras la liberación: el miedo, las secuelas tanto físicas y psíquicas les convirtieron en seres vivientes, atemorizados. Algunos poseían sentimientos de culpa tras la salvación, ya que ellos se salvaron mientras que la mayoría había sido asesinada. No querían dar detalles de lo que les había pasado por temor a que nadie fuera a creerles. Pero Aschwitz fue una realidad que perdurará hasta el final de los días.